LA FORMACION PROFESIONAL POR COMPETENCIAS UN RETO A LA INTELIGENCIA HUMANA

Por: Jaime Gonzáles Sánchez

Este trabajo parte de la idea de que la formación profesional por competencias debe tener como meta desarrollar la inteligencia de los estudiantes en las instituciones de educación superior. Es decir construir integralmente conocimientos, habilidades y actitudes dentro de procesos complejos con la finalidad de lograr la administración del pensamiento racional—lógico y las capacidades dentro de su área demostrando responsabilidad en su supervivencia profesional. Lo anterior se fundamenta en que la formación profesional por competencias incorpora elementos de las ciencias de la educación fundamentando el proceso de enseñanza—aprendizaje. Asimismo, la formación profesional por competencia se encuentra a la vanguardia en las instituciones de educación superior dentro de la sociedad globalizada. Además el desarrollo de la inteligencia—junto al desarrollo del pensamiento—son la base del proceso de aprendizaje dentro de un proceso complejo permitiendo el control del individuo—estudiante para administrar su aprendizaje durante su proceso de formación y durante toda la vida. Finalmente porque las instituciones de educación superior tienen como misión consensuada la formación integral de profesionales para contribuir a la solución de los problemas en la sociedad.


Partiendo de las siguientes definiciones/supuestos basado en Tobón[1] diremos que la formación profesional por competencia se refiere a ese proceso de capacitación teórico—práctico—actitudinal para resolver problemas con eficacia, eficiencia, efectividad, pertinencia y apropiación dentro de un entorno micro y macrosocial respondiendo a diferentes grados de incertidumbre. Igualmente consideramos que la inteligencia se desarrolla y junto al pensamiento son la base del aprendizaje dentro de un proceso complejo.

La formación profesional por competencias exige de muchas inteligencias humano—sociales: las institucionales, la de los Estados, la de organismos internacionales, la de organismos nacionales, la de los grupos de profesionales, la de los individuos—sociales para estructurar sólidamente un Programa de Formación en respuesta a la globalización de las sociedades con riesgo a que si no se toman medidas urgentes se caerá en la dependencia totalizadora de poderes y países más visionarios que los nuestros, más visionarios pero también más desarrollados y con más posibilidades de dominación. El desafío está dado.

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